Servicio con calidad de vida para el cliente
Para brindar un servicio que le proporcione una buena calidad de vida al cliente/alumno, se han organizado una serie de indicadores que que resultan ser de mucha importancia, dado que, como decimos siempre, cada persona es única. El entrenador deberá tener en cuenta estos aspectos del entrenamiento, para que el cliente/alumno se sienta cómodo, motivado, satisfecho con sus objetivos, cuidado y respetado.
Esos cuatro indicadores son los siguientes:
• Seguridad personal: El entrenamiento deberá pensarse para lograr la integridad corporal y la prevención de enfermedades, como así también, el control y seguimiento de la patologías existentes.
• Ambiente físico: Se refiere a las condiciones medioambientales que se desarrollen en el entorno del entrenamiento. Deberá ofrecer al cliente/alumno, las condiciones necesarias para que el entrenamiento se desarrolle con efectividad y sin riesgos.
• Ambiente social: Se refiere a las características de los grupos sociales. A la hora de entrenar con un grupo, hay que prever las características de cada integrante y ofrecer un servicio que cumpla con las expectativas de cada uno de los participantes. Para evitar roces y/competencias toxicas, se deberá promover en el grupo, que el enfoque principal sea siempre el entrenamiento.
• Ambiente psíquico: El entrenamiento deberá facilitarle al cliente/alumno, la autorrealización para el pleno desarrollo de habilidades y capacidades de la persona. Esto también esta ligado al plano social, dado que no es lo mismo entrenar de manera individual que en grupo.
Los indicadores anteriormente mencionados nos permiten ver la estrecha relación existente entre la calidad de vida y la salud.
Al desarrollar un programa de entrenamiento o actividad física se debe tener en cuenta un proceso metodológico, el cual inicia con la caracterización de la persona, en la cual se debe recopilar la anamnesis (conjunto de datos de la historia clínica del cliente), evaluar sus estilo de vida, la valoración previa del sujeto. Basados en estas evaluaciones se trazaran los objetivos a alcanzar, se determinaran los ejercicios con sus respectivas cargas, y se organizara de manera sistemática e individualizada el trabajo a realizar.
Dentro de los componentes que se destacan y se deben trabajar tanto en la salud como en el rendimiento, están: la resistencia cardiorrespiratoria, la resistencia muscular, la fuerza muscular y la flexibilidad. Estos se enmarcan dentro de las capacidades condicionales, el desarrollo físico o las cualidades físicas del rendimiento motor. Paralelo a esto se debe controlar la composición corporal la cual cumple un papel fundamental en los procesos; para el rendimiento deportivo se debe complementar con el desarrollo de la agilidad, el equilibrio, la coordinación, la velocidad, la potencia y el tiempo de reacción.
Como planear el entrenamiento:
Una vez que sabes de dónde comienza el cliente y dónde quiere terminar, sus características personales, su disponibilidad y el lugar, la tarea es empezar a planear la ruta y escoger las opciones más apropiadas para él.
Mas allá de eso, hay un dato importantísimo y fundamental que falta, y es la evaluación de la condición física del cliente en las diferentes aptitudes físicas. A continuación veremos cómo evaluar cada una ellas. Recién luego de ello, podremos armar un plan de entrenamiento, que estará a prueba semana a semana, y se irá reajustando tantas veces como sea necesario hasta encontrar el mejor entrenamiento para nuestro cliente.
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